lunes, 14 de septiembre de 2015

El Virus de Chikungunya

En 2013 se reportó el primer caso local de transmisión del virus de Chikungunya en el hemisferio occidental, en la isla del Guadalupe, en el Caribe. Desde entonces se han reportado casos en 31 países de América. Esta infección se puede diseminar rápidamente por la falta de inmunidad el virus de la mayoría de la población. Cada vez hay más reportes de infección por virus de Chikungunya en nuestro país y seguramente, tarde o temprano, nos enfrentaremos a casos de esta enfermedad. El virus Chikungunya es un alfavirus, un virus RNA y transmitido por mosquitos Aedes aegypti y Aedes  albopictus Otras formas de transmisión documentadas pero más raras son,  por vía sanguínea, in utero e intra-parto. Es causa de una enfermedad febril, típicamente acompañada por artralgias severas.

El cuadro clínico de esta infección se caracteriza por un periodo de incubación de 3 días, seguido por el inicio súbito de una enfermedad febril con astenia, atralgias,  mialgias y cefalea intensas, además de un exantema. A diferencia del dengue, la mayoría de los pacientes infectados presentan síntomas, y sólo 15% presentan formas asintomáticas. La fiebre es elevada (>39ºC) y coincide con la viremia; la intensidad de los síntomas correlacionan con la carga viral. La infección agua generalmente con fiebre dura una semana y la viremia termina cuando aparece  la IgM. Otros síntomas son las  mialgias, poliartralgias y el exantema. Las mialgias y poliartralgias aparecen poco después de la fiebre. Estos síntomas son intensos, dificultando al paciente incluso los cambios de posición.

El dolor articular suele ser bilateral y simétrico, principalmente en articulaciones mayores en extremidades superiores e inferiores. También afecta a las articulaciones de la columna vertebral. Puede haber artritis, sobre todo en articulaciones interfalángicas, en muñecas y tobillos. 

Entre 20 y 80% de los pacientes con infección por Chikungunya presentan un exantema maculopapular que afecta principalmente el tronco pero puede extenderse a extremidades involucrando palmas y plantas. Los síntomas generalmente remiten en 7 a 10 días, aunque  los dolores articulares pueden persistir por meses o años.

Puede presentar otros síntomas inespecíficos como linfadenopatía, prurito, náusea y vómito. En casos severos puede haber encefalopatía o encefalitis, miocarditis, hepatitis y falla orgánica múltiple. Las complicaciones hemorrágicas son raras y en caso de presentarse se deben considerarse otras posibilidades diagnóstico o, incluso, coinfección con dengue. Es importante mencionar que el recién nacido de madre con viremia puede manifestar la enfermedad, que suele ser grave con manifestaciones neurológicas y, con frecuencia, secuelas.

El laboratorio puede reportar linfopenia o plaquetopenia y discreta elevación de transaminasas.
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y se demuestra de manera definitiva con  la detección viral mediante PCR durante la fase de viremia. Se pueden detectar IgM a partir del 5º día. La seroconversión de IgG con elevación en 4 veces de sus niveles (muestras seriadas entre fase aguda y convalecencia) es diagnóstica.

El tratamiento es sólo sintomático con líquidos, analgésicos y antipiréticos y no hay evidencias de beneficio con manejo con fármacos antivirales. Se previene evitando la mordedura por el mosquito  y medidas de control del vector.




lunes, 7 de septiembre de 2015

Fiebre de Origen Desconocido

Es frecuente que nos encontremos en la consulta diaria con pacientes que cursan con fiebre como único síntoma lo que nos plantea un reto diagnóstico, sobre todo si es una fiebre prolongada. En ocasiones tenemos que definir si se trata de una fiebre recurrente o de una fiebre de origen desconocido (FOD). Estos términos suelen emplearse indistintamente y el diagnóstico diferencial es similar, pero existen definiciones específicas para la fiebre de origen desconocido. Aunque no existe un consenso, la fiebre de origen desconocido incluye una temperatura >38.3ºC con una duración de, por lo menos, una semana y con evaluación inicial, ya se con el paciente hospitalizado  o como externo, sin resultados positivos. 

El diagnóstico diferencial es muy amplio, incluyendo enfermedades infecciosas de todo tipo, enfermedades de la colágena, neoplasias y otras patologías como puede ser la diabetes insípida, la displasía ectodérmica, la tirotoxicosis o hasta la enfermedad de Kawasaki. De todos los niños  evaluados con FOD, 50% cursan con proceso infeccioso, menos del 10% con enfermedades de la colágena o tumores malignos y en casi 25% de los casos no se logra identificar
el origen de la fiebre.

En un niño previamente sano, dado lo extenso del diagnóstico diferencial deben limitarse los estudios para llegar al diagnóstico. Se requiere una biometría hemática completa. Los cultivos pueden ser útiles si se sospecha fiebre tifoidea, brucelosis o enfermedades graves, tratables como la endocarditis bacteriana.  Si se cuenta con estudios serológicos, deberá descartarse infección por virus de Epstein-Barr ya que ésta es la causa viral más frecuente de FOD. Dada la elevada prevalencia de infección urinaria y neumonía, es útil realizar en todos los casos urocultivo y Rx de tórax. Se debe aplicar PPD. Otros exámenes iniciales incluyen el factor reumatoide, anticuerpos antinucleares y antiestrepotolisina O.


Dada la amplia variedad de etiologías posibles, no es recomendable iniciar antibióticos empíricos a menos que existe una elevada sospecha de una infección bacteriana grave. Finalmente, aunque es un lugar común, una buena historia clínica orientará el rumbo que deberá tomar la investigación diagnóstica.