
La epilepsia resistente a fármacos (ERF) se define como el uso de 2 o más esquemas antiepilépticos (monoterapia o combinada) tolerados, bien seleccionados y con adherencia adecuada sin conseguir remisión de las crisis convulsivas.
Algunos predictores de resistencia a fármacos son:
número o frecuencia elevada de crisis convulsivas en la fase temprana de la epilepsia o epilepsia con causa conocida, la cual frecuentemente es estructural, en especial la esclerosis de hipocampo.
Antes de considerar ERF se debe descartar la Pseudorresistencia, que es la condición en que las crisis convulsivas persisten porque el trastorno subyacente no se ha tratado adecuadamente. La causa más frecuente puede ser un mal diagnóstico. Existen varias condiciones que pueden simular crisis epilépticas y diagnosticarse como tales, como son el síncope vasovagal, arritmias cardiacas, trastornos metabólicos y otras condiciones neurológicas con manifestaciones episódicas como ataques isquémicos transitorios o migraña. Las crisis psicogénicas (no epilépticas) constituyen el 25% de los casos de aparente ERF.
Una clasificación incorrecta del síndrome epiléptico o del tipo de convulsión puede ocasionar falla terapéutica o, incluso, agravamiento de las convulsiones. La fenitoína, carbamazepina, gabapentina, oxcarbazepina, vigabatrina, tiagabina y pregabalina pueden empeorar las ausencias y las convulsiones mioclónicas. La lamotrigina tambén puede exacerbar algunos sindromes epilépticos mioclónicos.
Otra causa de pseudorresistencia es no prescribir el fármaco a la dosis adecuadas. El dar mucha importancia a los “niveles terapéuticos” puede dictar los ajustes de las dosis sin una adecuada correlación clínica.
Bibliografía:
- Kwan P, Brodie MJ. Early identification of refractory epilepsy. N Engl J Med 2000;342:314-9.
Arts WF, Brouwer OF, Peters AC et al. Course and prognosis of childhood epilepsy. Brain 2004;127:1774-84.
Kwn P, Schachter SC, Brodie MJ. Drug-resistant epilepsy. N Engl J Med 2011;365:919-26.