La mayoría de las infecciones agudas
nunca se detectan. Presentas síntomas leves e inespecíficos, como fiebre,
malestar general, hepatoesplenomegalia y linfocitosis atípica. Muchos pacientes
que sobreviven a la enfermedad aguda controlan la replicación parasitaria
mediante su respuesta inmune celular, los síntomas remiten espontáneamente y la
parasitemia desaparece en 4-8 semanas; los pacientes entran a la fase crónica
de la infección. La mayoría de los pacientes permanecen asintomáticos, pero
infectados de por vida. 20 a 30% de los pacientes infectados progresan en años
o décadas hasta desarrollar cardiomiopatía por Chagas. Los signos más tempranos
de la cardiomiopatía son defectos en el sistema de conducción, especialmente
bloquea de rama rama derecha. Esta cardiomiopatía es altamente arritmogénica
ocasionando bloqueos A-V, fibrilación auricular, flutter auricular o
taquicardias ventriculares. Los pacientes suelen progresar a cardiomiopatía
dilatada e insuficiencia cardiaca. La afección gastrointestinal es menos
frecuente que la cardiomiopatía y afecta principalmente a esófago y/o colon por
daño de neuronas intramurales.
En América Latina se han logrado
progresos importantes en el control de la enfermedad de Chagas, pero aún así es
la parasitaria más importante del hemisferio occidental ocasionando 7.5 más
casos de incapacidad que el paludismo.