lunes, 27 de octubre de 2014

Reflujo vesicoureteral: beneficio de la profilaxis antimicrobiana.


El flujo retrógrado de la orina de la vejiga hacia el uréter (reflujo vesicoureteral) es un problema frecuente en niños pequeños con infección urinaria y se asocia con cicatrices renales. El reflujo generalmente se detecta mediante una cistouretrografía miccional solicitada después de una infección urinaria y se clasifica de grado I (reflujo urinario  sólo a uréter) a grado V (reflujo masivo a uréter distorsionado y hasta el sistema caliceal). Estudios observacionales mostraron que el RVU mejora o se resuelve a largo plazo con dosis profilácticas bajas de antibióticos. Así, el uso de antibióticos profilácticos a bajas dosis se convirtió en el manejo recomendado del RVU. Sin embargo, el tema se ha mantenido controversial ya que la evidencia surgía de estudios observacionales. Ante la falta de evidencia que apoyara el beneficio de la profilaxis, se publicaron recomendaciones para adoptar una conducta expectante, sin profilaxis ni realización de cistouretrografía miccional ya  que los hallazgos radiológicos no modificarían el tratamiento.

Este año se publicó un trabajo aleatorizado en el que 607 niños de 2 a 71 meses de edad con una o dos infecciones urinarias y RVU grado I a IV recibieron TMT-SMX o placebo y fueron seguidos por 2 años. En el grupo que recibió profilaxis se presentaron menos infecciones urinarias recurrentes. Sin embargo, en el grupo que recibió profilaxis fue más frecuente el aislamiento de gérmenes resistentes. No hubo diferencia entre la cicatrización renal entre ambos grupos. Este estudio hará reconsiderar la recomendación de conducta expectante ya mostró que el antibiótico profiláctico reduce la recurrencia de infecciones urinarias.


1 Ingelfinger JR, Stapletron FB. Antibiotic prophylaxis for vesicoureteral reflux. Answers, yet questions. N Engl J Med 2014;370:2440-41.
2 Edwards D, et al. Disappearance of vesicoureteral reflux during long term prophylaxis of urinary tract infection in children. Br Med J 1977;2:285-288.
3 Subcommittee on Urinary Tract Infection, Steering committee on Quality Improvement and Management. Urinary tract infection: clinical practice guideline for the diagnosis and management of the initial UTI in febrile infants and children 2 to 24 months. Pediatrics 2011;128:595-610.
4 The RIVUR Trial Investigators. Antimicrobial prophylaxis for children with vesicoureteral reflux. N Engl J Med 2014;370:2367-2376.

domingo, 5 de octubre de 2014

Hipertensión Arterial en el Niño y Adolescente

Las cifras de presión arterial tienen puntos de corte que definen la prehipertensión y la hipertensión y dependen de valores percentilares de acuerdo a la edad y sexo. Estos valores percentilares están relacionadas con la talla del niño; así hay valores percentilares de presión arterial para niños que están en la percentil 5, 10, 25, 75, 90 y 95 de la talla.

1)  Se diagnostica hipertensión arterial en un niño o adolescente si la presión arterial media sistólica o la presión diastólica se encuentran por arriba de la perceptiva 50 para sexo, edad y talla en 3 o más ocasiones.
    1.1) Hipertensión arterial estadio 1 se define como la presión arterial entre la percentil 95 y 99 + 5 mm de Hg
    1.2) Hipertensión arterial estadio 2 es la presión arterial por encima de la percentil 99 + 5 mm de Hg.

2) Prehipertensión arterial se define como la presión arterial media sistólica o la presión diastólica en la percentil 90 o arriba de ella pero por debajo de la 95 para sexo, edad y talla en 3 o más ocasiones, o una presión de 120/80 o mayor , aún si se encuentra en o por debajo de la percenil 90.

La hipertensión arterial es más frecuente en los niños con sobrepeso u obesidad. Muchos niños ya  presentan daño en órganos blanco cuando se diagnostica la hipertensión arterial como hipertrofia de ventrículo izquierdo. La hipertensión en niños o adolescentes se asocia con mayor riesgo de muerte, insuficiencia cardiaca y enfermedad coronaria antes de los 55 años.

En niños mayores de 10 años la hipertensión primaria es más frecuente que la secundaria, sobre todo si el paciente tiene sobrepeso u obesidad. Pero, mientras menor sea el niño mayores probabilidades de que se trate de una hipertensión secundaria. 80% de los casos de hipertensión arterial secundaria son debido a enfermedad renal y otro 10% a enfermedad renovascular..


El manejo de la hipertensión arterial primaria en niños y adolescentes debe orientarse hacia el cambio de hábitos, incluyendo ejercicio, dieta balanceada con elevada ingesta de frutas, verduras y lácteos bajos en grasas, así como una reducción del sodio de la dieta. En pacientes con sobrepeso debe establecerse un plan de reducción de peso, lo que se acompaña de una disminución de la presión arterial en 12 semanas. Para lograr estos objetivos es necesaria la participación de toda la familia. Si no mejora la hipertensión arterial con los cambios de estilo de vida estaría indicado el manejo farmacológico, especialmente si se trata una hipertensión arterial estadio 2.